martes, 15 de abril de 2014

Las Bodas y sus Rituales

Las Damas de Honor  
  



Existen muchos rituales y tradiciones en cuanto se refiere a las bodas o ceremonias nupciales.
Paulatinamente les estaré hablando sobre ellas, sus comienzos y su evolución en el tiempo. Primero empezaré con las damas de honor.
La historia de las damas de honor es algo antigua, imagínense,  datan desde la Edad Media, les voy a platicar un poco.
Con la existencia del culto católico cristiano esta tradición tomó mas fuerza y se institucionalizó en toda Europa hasta llegar a el Continente Americano.
Durante la edad media el clero determinaba quien sería la dama de honor, la cual tenia que se ser una niña menor de 12 años y que fuese de la misma línea con sanguínea que la novia.

En el Siglo XIX  con el rompimiento  de la religión Católico-Cristiana que dio apertura a mas religiones y la tradición fue aceptada por los protestantes creando el nombre de "Flower Girl" o  “la niña de las flores”. Durante el siglo XX se modificó la tradición y paso de ser una niña menor de 12 años a una mujer adulta la cual no tenia obligación de pertenecer directamente a la familia de la novia y su titulo cambio a Dama de Honor, la cual tendría la responsabilidad de acompañar a la homenajeada antes y durante la ceremonia y ser un apoyo moral durante la vida de casada.
En diferentes culturas en el mundo como la Indu se considera de mala suerte que l a dama de honor no pertenezca a la linea de consanguinidad de la novia y optan por utilizar un niño y vestirlo de Flower Boy en caso de no haber niñas conectadas por la misma sangre para celebrar el acto nupcial y así evitar que caiga la mala suerte en la familia.



En la actualidad la dama de honor es la persona que se encuentra más cercana en la vida de la novia como lo son su hermana o mejor amiga. Entre los roles de esta están: Ayudar la novia con los preparativos de su boda tanto en la organización de la celebración, como durante esta y ser su apoyo moral para los cambios y responsabilidades que esta afrontará con el acto del matrimonio.

Por: Ángeles Hernandez Madrigal

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